No
siempre nuestros ojos ven la lógica y la justicia en el día a día. Cuando
conoces a una persona y compartes hobbies, alegrías, cultura, y miles de horas;
sientes la empatía en tu carne. Así compruebas como te duele lo suyo para bien
o para mal. Esta vez no ha sido la nueva para mejor, ha sido un cambio de
trabajo; de si a no.
Sí; después de un año y medio, y empezando desde
cero ya no lo necesitan. Puso ideas, tiempo, actitudes correctas, compañerismo
y sueños. Donde yo aprendí de sus consejos, compartí su sabiduría y hasta ahora
mismo me brinda palabras de esperanza. Pues estos valores no son los correctos
para esta sociedad capitalista inmersa en el consumo. No tengo ni idea porque
nos asignan un nombre de por vida, con un número sería suficiente. Seguidamente
de la suma de un balance con la rentabilidad que diéramos en cada transcurso de
tiempo estipulado. Eso es lo que desean grabarnos en la piel, alma y mente.
Sí; se
saltan los valores con tal de dictar sus normas. Normas para su progreso, donde
las personas deben ser maquinas y donde a las maquinas las atribuyen
sentimientos. Progreso hacia el poder y el sucio dinero dominado por sus
cabezas “pensantes “.Donde nunca entenderán
que… Solo
hasta que se haya talado el ultimo árbol,
contaminado el ultimo mar y muerto el ultimo animal; entenderán que no se puede
comer el dinero.
El
palpitar intenso de mi corazón ante esta situación, ha sido mi reacción cuando
él mismo me ha contado la noticia. Lo siento compañero, gracias por compartir
esta batalla perdida conmigo. Y como te conozco, se lo fuerte que eres, no tendrás
ningún problema en ascender a mejor. Pues siempre estas lleno de esperanzas y
quimeras que transformas en realidad. Esto solo será un pequeño tropiezo en un
camino lleno de metas. Ni tan siquiera te voy a desear suerte, los dos sabemos
que nos labramos a pulso. Simplemente recordarte… nunca dejes que nadie te diga que
no puedes hacer algo; ni siquiera yo.
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